De repente recibes una llamada de un gran amigo el cual te dice: «quiero jaleo, lo que sea, pero quiero jaleo del bueno».
Es entonces es cuando das gracias por tener la cabeza en un «laero» y por tener amigos como tu, los cuales disfrutan tanto con tan poco. Cuando digo poco me refiero a muy poco. Solo necesitamos un lugar alto desde el que saltar y un poco de agua, todo lo demás lo hacemos nosotros y la gravedad.
Mucha gente te trata de loco y quizás si que lo estemos un poco, pero solo tan poco como lo que necesitamos para ser felices.